Todo bajo control
Sin un control estricto por parte del propietario, la empresa constructora suele tomarse ciertas libertades que repercuten en el coste y la calidad del trabajo. Y la necesidad de contar con este técnico es la misma, ya sea que se trate de una obra descomunal o una pequeña modificación; e incluso que el proyecto levante un edificio de oficinas, bloque de viviendas unifamiliar o multifamiliar, reforma de hogar o comunidad de vecinos, galpón industrial, hotel, etc. De forma similar, su experticia es importante a la hora de desarrollar una residencia de ancianos (a causa de sus limitaciones) o de estudiantes (con requerimientos especiales), un aparcamiento en el subsuelo, edificaciones con fines militares, sacros o deportivos, etc. Y es que, cada uno de estos representa un acto de confianza en el director de la obra y en el equipo multidisciplinar que le acompaña. Esto implica para el aparejador, a su vez, que debe poseer una capacidad extra en lo que a gerencia se refiere. Puesto que, tendrá que coordinar el trabajo de otras empresas involucradas antes, durante y después de finalizada la construcción, propiamente dicha. Sin olvidar la obtención de las licencias de ley respectivas. Su pericia, del mismo modo, necesita cubrir la normativa vigente en lo que respecta al control de calidad.