Todo bajo control
Sin un control estricto por parte del propietario, la empresa constructora suele tomarse ciertas libertades que repercuten en el coste y la calidad del trabajo. Y la necesidad de contar con este técnico es la misma, ya sea que se trate de una obra descomunal o una pequeña modificación; e incluso que el proyecto levante un edificio de oficinas, bloque de viviendas unifamiliar o multifamiliar, reforma de hogar o comunidad de vecinos, galpón industrial, hotel, etc. De forma similar, su experticia es importante a la hora de desarrollar una residencia de ancianos (a causa de sus limitaciones) o de estudiantes (con requerimientos especiales), un aparcamiento en el subsuelo, edificaciones con fines militares, sacros o deportivos, etc. Y es que, cada uno de estos representa un acto de confianza en el director de la obra y en el equipo multidisciplinar que le acompaña. Esto implica para el aparejador, a su vez, que debe poseer una capacidad extra en lo que a gerencia se refiere. Puesto que, tendrá que coordinar el trabajo de otras empresas involucradas antes, durante y después de finalizada la construcción, propiamente dicha. Sin olvidar la obtención de las licencias de ley respectivas. Su pericia, del mismo modo, necesita cubrir la normativa vigente en lo que respecta al control de calidad.Aparejador en Madrid – Encargado de la dirección facultativa del proyecto
A la hora de
emprender un proyecto de construcción de un inmueble, grande o pequeño, si
quiere evitarse quebraderos de cabeza, tendrá que recurrir a los servicios de
un profesional del sector con suficiente formación y experiencia para asumir exitosamente
la dirección facultativa. En la actualidad, un aparejador en Madrid es
su mejor opción; entre otras razones porque sus tareas son regidas de acuerdo a
la Ley de Ordenación de la Edificación (L.O.E).
Estos
profesionales dominan los criterios técnicos necesarios para que la obra se
desenvuelva apropiadamente, según la planificación y con la calidad exigida por
el cliente; asimismo, atienden de manera efectiva la seguridad del personal
involucrado. Sus conocimientos les permiten vigilar que no ocurran desperdicios
capaces de afectar el presupuesto, ni abusos en la construcción que alteren la eficacia
o garantía de los resultados.
Cuando usted contrata
a un aparejador para que se encargue de la dirección no está incurriendo en un
gasto inútil; se trata más bien de un renglón ineludible en el presupuesto que
le permitirá ahorrar, por otra parte, tiempo de ejecución, dinero y malos
ratos. La experiencia indica que de no hacerlo, las probabilidades de que
ocurran malas prácticas, errores involuntarios, costes adicionales o accidentes
laborales se incrementan.