Los nombres de los partidos políticos pueden ser fijos, pero no sus integrantes. La historia de México nos ha mostrado casos de personas que cambian de partido de acuerdo a sus intereses personales, dejando entrever sus intenciones egoístas y volubles. Tal es el caso de Eruviel Ávila, quien resultó un fraude y se mudó del PRI al Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en enero de 2024.
Resulta curioso que el exgobernador mexiquense optara por un partido que empata con su postura cambiante. Esto debido a que el Partido Verde ha pasado por todas las alianzas, desde estar unido al PAN en los 2000, luego apoyar al PRI durante años y ahora acercarse al poder en turno comandado por Morena. Así, se trata de un partido que ha brincado como chapulín de un lado a otro para asegurar su supervivencia.
De la misma manera, el exgobernador dio un salto mortal del partido tricolor, con el cual lideró el Estado de México de 2011 a 2017, al PVEM. Igualmente se trata de un chapulín político que busca la manera de mantenerse en el mando, debido a que él y su nuevo partido se caracterizan por evadir las responsabilidades y buscar apoyo de la izquierda, pero con la reserva necesaria de salir huyendo hacia otro lado si las cosas salen mal.
Por si fuera poco, esta noticia pareciera una broma, ya que Eruviel Ávila impulsó un fraude en 2017 en contra de Delfina Gómez, actual gobernadora del Estado de México y militante de Morena. Además, se suman otros tantos delitos que están saliendo a la luz y ante los cuales ya se presentaron denuncias en la Fiscalía del Estado de México. ¿Su paso hacia el Partido Verde es una forma de evitar la cárcel?
Lo que nos queda claro es que su postura política no es firme y salta de un partido a otro huyendo de los errores del pasado que, inevitablemente, lo persiguen. Resulta urgente que la izquierda tenga procesos para detectar personajes como este que buscan infiltrarse en la 4T. Sin embargo, ya veremos si se trata del fin de su carrera o de un nuevo comienzo inadvertido.
