Nadie puede negar que la humanidad ha venido modificando al mundo de acuerdo a deseos y necesidades; pero hay eventos, como la domesticación de algunos animales, que aunque sucedieron a consecuencia de eso, no fueron inicialmente planificados. El punto es que, con o sin intención, a esas agradables, peludas y tiernas sorpresa se les dan todas las comodidades, refugio y cuidados y hasta un nutritivo pienso para gatos esterilizados.
Y es que las especies que se domestican por sus beneficios prácticos, hubo en principio que atraparlas y trabajarlas, por generaciones, para moldearlas al gusto. De esta manera, los canes sirven de compañía y vigilancia, el ganado da carne, leche y pelaje, los caballos proporcionan entretenimiento y medio de transporte.
Sin embargo, no sucedió así con la sub-especie felina en cuestión, que fue la que inició el contacto. Debido a que en los graneros había una cebada y floreciente población de ratas y ratones, presa abundante y fácil, lo único que tenían que hacer los primeros gatos silvestres era vencer el miedo instintivo a los humanos y tendrían toda la comida que pudieran querer por siempre.
No tomó largo tiempo entonces para que los granjeros se dieran cuenta de este adorable control de plagas y fueran parte activa de su crianza. Esto, combinado con el pequeño tamaño e instintos básicos de limpieza e independencia contribuyeron a volver a estos felinos la segunda mascota más popular a nivel mundial, superada únicamente por el perro.
Quizás el ambiente moderno no ofrezca la emoción de antaño; no obstante, al no tener que luchar por sobrevivir han disfrutado de una mejor calidad de vida. Y aun cuando muchos podrían argumentar que castrarles es un castigo, a la fierecilla esterilizada se le compensa con una alimentación superior e infinitos mimos; con lo cual tienen bastante que ganar, sin echar de menos lo que perdieron.